Publicidad de PWG

Mundo Spooffy

Capitulos - Un accidente inexplicable

Volver al libro

Capítulo anterior
Siguiente capítulo
01
Un accidente inexplicable

Las luces se apagaron en un instante y todo se tornó negro.

De pronto sintió, sin poder ver nada, como todo a su alrededor se movía a gran velocidad. Cuando por fin logró abrir los ojos se encontraba en un camino cuyo final no alcanzaba a ver. Era tan claro y brillante que uno fácilmente creería que estaba hecho de cristal, pero con una textura semejante a la del más suave algodón. A su alrededor no había más que un telón negro salpicado de las más relucientes estrellas que alguien pudiera ver.

Al poco rato de avanzar comenzó a encontrar a varios seres un tanto peculiares. De color blanco, todos parecían pequeñas nubes rechonchas que avanzaban flotando sobre aquel camino que a cada segundo iba tiñéndose de más y más colores, cada vez más vivos.

-Un momento.- se dijo a sí mismo.

Había algo que le era sospechoso. Observó cuidadosamente todo nuevamente y volvió a hablarse.

-Son todos iguales, y flotan.-

Parecía haber encontrado ese algo que no encajaba. Entonces miró hacia abajo. Él también era de color blanco y su cuerpo no tocaba el piso. Pero para eso entonces, había olvidado el por qué de su distracción. Solo sabía que debía seguir. Adelante, hasta llegar.

Transcurrió un largo tiempo. Cuánto, no se sabe. Y él seguía avanzando. De pronto se revelaba a lo lejos una puerta. Una enorme puerta dorada, con un brillo tan hermoso que opacaba a los cientos de estrellas del cielo negro, rodeada de unas nubes tan blancas que del mismo modo, hacían que la comunidad de seres que avanzaban hacia ella pareciera una mancha gris al lado suyo. Muchos de estos individuos entraban en esa puerta, para desvanecerse hasta desaparecer de la vista.

Él no sabía por qué, pero lo sabía. Quería entrar. Debía entrar. Y cuando estaba a sólo unos cuantos metros de la reluciente puerta, algo lo detuvo. Pudo contemplar como el resto de sus compañeros avanzaba, ignorando su condición, y a los pocos segundos todo comenzó a alejarse. Pronto el colorido camino se fue tornando gris, cada vez más gris, hasta comenzar a confundirse con aquel negro fondo, que ahora parecía un espantoso abismo repleto de unos ojos destellantes que observaban a este desafortunado amigo, observando su tragedia, su temor y su agonía.

Estaba cayendo en un sitio que parecía no tener fondo. Volvió su vista hacia abajo y pudo observar algo que aparentaba ser suelo firme, del mismo aspecto que aquél distante camino, pero más grande, extendiéndose hasta donde la vista alcanza, y más allá.

Pero cuando se supone debía tocar el suelo y finalizar su caída, sólo sintió un hormigueo en todo el cuerpo, acompañado de un zumbido que lo dejó confundido por unos momentos.

Cuando por fin logró recuperarse del golpe, aquel suelo falso que había traicionado sus esperanzas había desaparecido. Solo podía ver ese fondo negro repleto de estrellas que ya hace mucho había dejado de parecerle hermoso.

De nuevo miró hacia abajo, ahora veía una especie de esfera verde y azul impregnada de unas manchas blancas. Pasados unos momentos, esas manchas blancas pasaron justo al lado suyo, haciendo que su vista volviera hacia arriba. Una a una, las estrellas fueron perdiéndose en el cielo que ahora cambiaba su color negro para pintarse de un inocente azul.

Como todo había cambiado ya, pero su caída continuaba, miró hacia abajo una vez más, para ver acercarse cada vez más rápido un inmenso campo verde. Un estallido se escuchó y de nuevo todo volvió a ser negro, más negro que nunca.

Despertó.

Ya no estaba cayendo. Al abrir sus ojos pudo contemplar un cielo azul que ahora le parecía la cosa más hermosa que pudiera existir. Se levantó, miró a su alrededor y comenzó a explorar. No tardó en percatarse, una vez más, de su ausencia de memoria. Lo único que recordaba era aquel camino, aquella puerta y aquella espantosa caída.

Trató de recordar algo más, pero sin resultado alguno. Nombre, edad, dirección, familia, amigos. Nada. Sabía que regresar a ese camino le sería imposible, pues tampoco recordaba cómo había llegado allí. Entonces se propuso un objetivo, un objetivo que, sin saberlo, marcaría el inicio de una gran aventura. No descansaría hasta poder encontrar la información necesaria para recordar quien era.

¿Cómo lo haría? ¿Cuánto tiempo tardaría? ¿Existía siquiera la posibilidad de lograrlo? Estas preguntas no tardaron en llegar a su mente, pero no le importó, su decisión ya estaba hecha.

Y así dio inicio el viaje.


Capítulo anterior
Siguiente capítulo


comments powered by Disqus
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis